sábado, 17 de noviembre de 2012

13. Revolución mexicana y los derechos humanos (18/11/12)


REVOLUCIÓN MEXICANA Y LOS DERECHOS HUMANOS

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

En nuestro país la evolución del reconocimiento jurídico de los derechos humanos tiene una profunda raíz histórica y política desde la lucha de independencia, hasta la formación de organismos no gubernamentales como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

 Si bien es cierto que para los primeros años del siglo XX el país   tenía un desarrollo económico sin precedentes gracias a las políticas adoptadas por Porfirio Díaz, estas políticas estaban dirigidas para el beneficio de unos cuantos como políticos, terratenientes y   empresarios tanto nacionales como extranjeros. Esto provocó un gran descontento entre los menos beneficiados que eran la mayoría de la población campesina trabajadora.

 Este descontento inició cuando Porfirio Díaz llegó a la presidencia en 1876 tras una lucha por evitar la reelección pues decía que era un obstáculo para el progreso del país. A pesar de esto modificó la Constitución para permitir la reelección de manera indefinida, por lo que permaneció en el poder más de 30 años, hasta que en 1911 los obreros y campesinos liderados por intelectuales de pensamiento liberal, lo obligaron a dimitir, pues el pueblo estaba cansado de que el beneficio para el círculo exclusivo se diera a costa del sacrificio y la calidad de vida de los explotados.

 El desconocimiento que se hizo durante el régimen de Porfirio Díaz de la mayoría de las necesidades de la población trajo como consecuencia natural la Revolución Mexicana en la que se postulaba la creación de un “Estado que represente a toda la sociedad y terminar con aquél régimen sometido al dominio de los propietarios privados” , y es en la Constitución de 1917 donde se reconocen las demandas y derechos del pueblo.

 En la Constitución la protección de los derechos humanos se acentúa especialmente a dos principios básicos: la libertad y la igualdad. Estos derechos no son regulados solo en nuestro país, sino en toda la sociedad y se vinculan con el proceso de desarrollo y de evolución reflejado por un Estado.

 Podemos notar un contraste en el comportamiento que se ha observado sobre el tema, pues aunque en sus orígenes nuestro país estuvo a la vanguardia en temas como la abolición de la esclavitud en 1810 y al ser el primero en el mundo en reconocer e incorporar a la Constitución los derechos de trabajadores del campo y de la ciudad, cada vez se va haciendo más notorio un retroceso en aspectos como el respeto de los derechos de las mujeres pues fuimos de los últimos países de América Latina en reconocer su derecho en el ámbito político hasta 1953.

 Uno de los principales derechos que se reclamaban en la revolución fue el derecho al reparto de la tierra contemplado en el artículo 27, pues se ha mencionado que estaba en manos de los influyentes, por lo que se le atribuía ahora a la tierra un elemento de equilibrio de la riqueza pública, no con fines caprichosos individuales

 Otro de los derechos principales que se demandaban era el de un trabajo y salario dignos, porque las remuneraciones eran bajas y el trato que los obreros recibían del personal norteamericano y de algunos capataces era humillante. Fue por este escenario tan desigual que se presentaron diversas manifestaciones entre las que destaca la huelga de Cananea que comenzó el 1° de Junio de 1906.

 Cananea fue el primer brote de Sindicalismo moderno mexicano, la primera lucha por la conquista de la jornada de 8 horas y un salario mínimo suficiente para satisfacer dentro de un marco las necesidades del trabajador y su familia.

 Este acto marcó precedente pues a partir de este momento se contempla como un rubro apartado y surge el artículo 123, que sirvió de precursor para la ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social.

Hablar hoy en día sobre la constitución es abrir un debate de puntos de vista opuestos (por no decir intereses opuestos) entre gobernantes y gobernados, pues a pesar de que se supone que las modificaciones que se han hecho son para responder a la movilidad política, económica y social, se han visto beneficiados más unos que otros.

 En un principio los derechos que se procuraron en la Revolución Mexicana y en la Constitución de 1917 fueron los sociales centrándose en aspectos laborales, educativos, de seguridad social y familiar, sin embargo hoy en día con el auge de la globalización los derechos humanos se han proyectado en la realización de pactos tanto regionales como internacionales profundizando en los derechos de las minorías ya sea étnicas o culturales, además del cuidado del medio ambiente, y es precisamente por esto que han salido a la luz todo tipo de arbitrariedades que se cometen violando derechos de los trabajadores, y en especial de las mujeres, que a pesar de existir un convenio con la Organización Internacional del Trabajo, éste no se ratificó y como consecuencia se dan los casos en los que la mujer no recibe el mismo salario que un hombre por el mismo trabajo.

 Desde mi punto de vista es imperante que en el país los gobernantes se preocupen por   acortar la distancia entre la constitución escrita y la realidad, pues los derechos de los ciudadanos son la finalidad de la asociación política, y queda más que obviado el incumplimiento de sus obligaciones ante la sociedad sin desquitar sus altísimas remuneraciones que reciben al presentarse en la actualidad problemas de índole tan elemental como es la seguridad, sin dejar de tomar en cuenta la impunidad de los criminales en gran medida por las arbitrariedades que comenten las autoridades motivadas por los sobornos que no solo tocan el ámbito penal, sino que hasta han llegado a ser parte de los procesos burocráticos.

 Sin lugar a duda se está presentando una situación similar en la que el pueblo se está cansando de los abusos de las autoridades, del favoritismo que se le da a una minoría de ricos, dejando de lado las necesidades de una mayoría menos afortunada y se hace vital atender estas situaciones y valorar y generar conciencia de lo que se ha conseguido a costa de la vida de miles de personas, pues bien es dicho que “aquel que no conoce su historia está destinado a repetirla”. 

12. De la 1a a la 6a generación (17/11/12)


DE LA 1ª A LA 6ª GENERACIÓN

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

La cuestión, no de las cinco sino, de las seis generaciones de derechos aparece como ilustración de los Derechos humanos como movimiento social.     Las seis generaciones de derechos  tienen su origen en una sociedad civil a la que se califica de emergente para enfatizar su carácter de movilización contestataria y, eventualmente, antisistémica. Son derechos ciudadanos y políticos fundamentales, derechos económicos, sociales y culturales, derechos de las generaciones actuales y futuras a disfrutar de una Naturaleza a la que no se debe envenenar ni destruir de manera irreversible y, en relación con ello, el derecho a la lucha social por un hábitat natural y social no autodestructivo, el derecho ligado a la necesidad de construir una humanidad responsable en el largo plazo, constituye la cuarta ‘generación’ de derechos. La quinta se vincula con la incursión (su desafío es el manoseo) de las tecnologías de punta en el mapa genético de la vida (ingeniería genética, manipulación de seres humanos, plantas y animales con finalidad comercial de corto plazo) y la sexta con la perversión del tiempo de existencia de las personas humanas transformados operacionalmente en cosificados públicos y consumidores mediante la categoría de valor de la esperanza de vida por el agresivo mercadeo, ligado también a las tecnologías de punta y al poder burocrático privado, de la transición entre los siglos XX y XXI.

Estas seis generaciones de derechos proceden de diversas maneras de estar en el mundo y conferirle sentido. También esquemáticamente, la primera generación de derechos surge desde una mirada que aprecia a un individuo y sus fueros, les confiere el carácter de naturaleza humana y genera con ello una noción cerrada de humanidad.

    La segunda generación de derechos se gesta en cambio en un imaginario sensible a las relaciones sociales y a los procesos de individuación y agrupación social conflictiva que ellas constituyen.

De esta manera la demanda de una relación que produzca universalidad y el rechazo de clases discriminadas, acompañada de la afirmación del derecho a ser diferente, articulan la segunda y tercera generación de derechos humanos. Se siguen de demandas de trabajadores, pueblos colonizados o despreciados y de mujeres que configuran sus particulares sociedades civiles emergentes y dan luchas casi nunca vinculadas y con éxito diverso por la judicialización y reconocimiento cultural de sus derechos en tanto expresión de humanidad diferenciada y plural.

La cuarta generación de derechos es la demanda de las actuales generaciones por heredar a las futuras una naturaleza y sociedad, no autodestructiva surge desde un imaginario dialéctico, como los de segunda y tercera generación, pero reposiciona el antropocentrismo, bajo la doble referencia a la necesidad de una especie humana que se autoproduce como tal política y culturalmente.

La quinta generación de derechos humanos se genera a partir de las posibilidades de intrusión de las tecnologías de punta mercantiles en el mapa genético de la vida y específicamente de la autoproducción personal y social humana. Se trata centralmente de una demanda que busca proteger de manipulaciones genéticas inconsultas u obligatorias la autonomía de las personas y las individuaciones peculiares con sus efectos sobre la sociabilidad.

La demanda propia de una sexta generación de derechos humanos  se vincula con la tendencia actual del mercadeo capitalista  que hace del tiempo de cada individuo, determinado como consumidor, es decir, de cada momento de su existencia, una oportunidad de venta. El efecto de esta tendencia que se da los medios para universalizarse, es el de una saturación fetichista del mercado que, en lo básico, vacía las subjetividades mediante su escrutinio y manipulación, hace aparecer lo real producido, al mercado, como natural y pervierte el carácter de autoproducción responsable de las personas y de la especie, estrictamente, y ante la necesidad imperiosa de constituir hoy política y culturalmente la especie humana, se trata de una práctica de deshumanización sistemática más radical que la tortura.

domingo, 11 de noviembre de 2012

11. De niños a humanos (11/11/12)


DE NIÑOS A HUMANOS

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

Los derechos humanos son los derechos esenciales que las personas deben gozar para poder vivir como seres humanos de pleno derecho. Todos los seres humanos merecen la oportunidad de lograr el crecimiento y desarrollo de sus capacidades, más allá de sus necesidades básicas y de su supervivencia.

Para cumplir con este objetivo, la Organización de las Naciones Unidas, aprobó en 1948 la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", que marca las reglas y proporciona recomendaciones para que todos los países protejan los derechos humanos de las personas que viven en ellos y dispone que el respeto a los derechos humanos sea la base de la libertad, la justicia y la paz en el mundo.

La Declaración Universal señala que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que no pueden ser objeto de discriminación por su nacionalidad, origen étnico, raza, sexo, religión, opinión política, riqueza o posición económica. Estos son algunos de los derechos enunciados en la Declaración:

·         Protección contra la esclavitud

·         Protección contra la tortura

·         Igual protección ante la ley

·         Estar libre de detención arbitraria y el derecho a un juicio justo

·         Libertad de pensamiento, de opinión, de religión y de expresión

·         Derecho a la educación

·         Derecho a un nivel de vida adecuado, así como a la salud, vivienda y alimentación suficiente

·         Derecho al trabajo y fundar y afiliarse a sindicatos

La infancia, es decir los niños, debe tener los mismos derechos que el adulto, pero al ser menores de edad y estar más “indefensos”, necesitan protección especial. Por ello la Asamblea General aprobó en 1989 la "Convención de los Derechos del Niño".

Es decir, los derechos del niño son un conjunto de normas de derecho internacional que protegen a las personas hasta determinada edad. Todos y cada uno de los derechos de la infancia son inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia. Varios documentos consagran los derechos de la infancia en el ámbito internacional, entre ellos la Declaración de los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos del Niño. En esta tesitura los derechos humanos de los niños incluyen:

·         El derecho a la vida

·         El derecho a poseer nombre y nacionalidad

·         El derecho a vivir con plenitud, libres de hambre, miseria, abandono y malos tratos

·         El derecho a un ambiente seguro

·         El derecho a la educación

·         El derecho a tiempo de ocio

·         El derecho a asistencia sanitaria

·         La posibilidad de participar, a su nivel, en la vida social, económica cultural y política de su país.

Sin duda la buena fe y la buena acción en la de los derechos de los niños, ha llegado, indirectamente, a conformar una disociación entre el concepto niño y humano.

Los niños son seres humanos y el hecho de ser incapaces legalmente hablando no los vuelve no seres humanos. Leer algunos ejemplos de derechos  humanos aplica a los niños, y leer algunos derechos de los niños aplican a los adultos.

Hacer la distinción de niños y adultos cuando hablamos de derechos, no debería de ser apropiadamente correcto, cosa diferente es que las comisiones, instituciones u organismos que los protejan sean diferentes.

Finalmente creo que no debería de deshumanizar a los niños, no tratarlos más o menos que un adolescente o adulto, el trato en la humanidad debería de ser humanitario, concientizar a todos los seres humanos de que somos humanos, que pertenecemos al mismo planeta y somos la misma humanidad, cuando creemos esa conciencia el mundo mejorará.

 

domingo, 4 de noviembre de 2012

10. Día de muertos y los derechos humanos (04/11/12)


DÍA DE MUERTOS Y LOS DERECHOS HUMANOS

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

Dos de las celebraciones más importantes de México se realizan en el mes de noviembre. Según el calendario católico, el día primero está dedicado a Todos los Santos y el día dos a los Fieles Difuntos. En estas dos fechas se llevan a cabo los rituales para rendir culto a los antepasados. La celebración del Día de Muertos, como se le conoce popularmente, se practica a todo lo largo de la República Mexicana. En ella participan tanto las comunidades indígenas, como los grupos mestizos, urbanos y campesinos.

El ritual de Día de Muertos conlleva una enorme trascendencia popular, su celebración comprende muy diversos aspectos, desde los filosóficos hasta los materiales. La celebración de Todos los Santos y Fieles Difuntos, se ha mezclado con la conmemoración del día de muertos que los indígenas festejan desde los tiempos prehispánicos. Los antiguos mexicanos, o mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano. Antes de la llegada de los españoles, dicha celebración se realizaba en el mes de agosto y coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, calabaza, garbanzo y frijol. Los productos cosechados de la tierra eran parte de la ofrenda.

Los “fieles difuntos”, en la tradición occidental, son y han sido un acto de luto y oración para que descansen en paz los muertos, al ser tocada esta fecha por la tradición indígena se ha convertido en fiesta, en carnaval de olores, gustos y amores en el que los vivos y los muertos conviven, se tocan en la remembranza.

El día de muertos, como culto popular, es un acto que lo mismo nos lleva al recogimiento que a la oración o a la fiesta, sobre todo esta última en la que la muerte y los muertos deambulan y hacen sentir su presencia cálida entre los vivos. Con nuestros muertos también llega su majestad la muerte, baja a la tierra y convive con los mexicanos y con las muchas culturas indígenas que hay en nuestra República. Es el reflejo del sincretismo de dos culturas: la indígena y la hispana, que se impregnan y crean un nuevo lenguaje y una escenografía de la muerte y de los muertos.

Los indígenas representan la ferviente lucha de que las tradiciones no deben morir, pese a la occidentalización que se pretendió durante muchos años sus tradiciones han logrado sobrevivir.

La relación que existe con los derechos humanos es que si bien se analiza la reforma al artículo segundo constitucional, se habla de una nación multicultural, ahora bien, ésto aunado a la concepción de que los derechos humanos se encuentran impregnados a lo largo de toda la constitución entonces podríamos concebir, que el reconocimiento de los derechos indígenas, sus tradiciones y costumbres son parte de los derechos humanos, y pueden estar considerados como tales, en esta tesitura la tradición del día de muertos, todo lo que implica en cuanto a costumbre podría ser considerado como un derecho humano, en beneficio de un sector que por mucho tiempo fue discriminado pero que es igualmente valioso, los indígenas.

domingo, 28 de octubre de 2012

9. Generaciones de Derechos (28/10/12)


GENERACIONES DE DERECHOS

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

Todos hemos escuchado que los derechos humanos son derechos de tercera generación, pero cuáles son las generaciones de derechos y por qué catalogamos los derechos en estás categorías.

Debemos de atender que el reconocimiento legal de los derechos humanos ha tenido una larga historia, como lo hemos expuesto en blogs anteriores. Ahora bien, en general algunos derechos han sido incluidos en las leyes mucho antes que otros, que sólo han sido aceptados después de largas luchas sociales. Por eso podemos clasificar los derechos en grupos, a los que se suele denominar las tres generaciones de los derechos humanos.

Respecto a la primera generación, se incluyen los derechos civiles y políticos. Derechos que fueron los primeros en ser reconocidos legalmente a finales del siglo XVIII, en la Independencia de Estados Unidos y en la Revolución Francesa. Simplemente se trata de derechos que tratan de garantizar la libertad de las personas, cuya función principal consiste en limitar la intervención del poder en la vida privada de las personas y garantizar la participación de todos en los asuntos públicos. Algunos de los derechos civiles y políticos más importantes son: el derecho a la vida, a la libertad ideológica y religiosa, a la libre expresión o a la propiedad, al voto, a la huelga, a asociarse libremente para formar un partido político o un sindicato, entre otros.

Aunado a ellos, la segunda generación recoge los derechos económicos, sociales y culturales. Estos derechos fueron incorporados poco a poco en la legislación a finales del siglo XIX y durante el siglo XX, siempre tratan de fomentar la igualdad real entre las personas, ofreciendo a todos las mismas oportunidades para que puedan desarrollar una vida digna, su función consiste en promover la acción del Estado para garantizar el acceso de todos a unas condiciones de vida adecuadas, algunos derechos de segunda generación son: el derecho a la educación, a la salud, al trabajo, a una vivienda digna, etc.

Finalmente existe la tercera generación de derechos, en la cual se han ido incorporando a las leyes a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Con estos derechos se pretenden fomentar la solidaridad entre los pueblos y las personas de todo el mundo, su función es la de promover unas relaciones pacíficas y constructivas que nos permitan afrontar los nuevos retos a los que se enfrenta la Humanidad, entre los derechos de tercera generación podemos destacar los siguientes: el derecho a la paz, al desarrollo y a un medio ambiente limpio.

domingo, 21 de octubre de 2012

8. Racionalidad humana y derechos humanos (21/10/12)


RACIONALIDAD HUMANA Y DERECHOS HUMANOS

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

Los derechos humanos conceptualizan un deber ser de la existencia humana, de la vida de las personas en la comunidad. Se erigen en principios políticos y sociales de la justicia moderna. Principios que permiten juzgar si las relaciones sociales en un Estado son justas o injustas, si las leyes de una nación lo son.

La universalidad de los derechos humanos es producto del intercambio cultural, pues éste estrecha las relaciones entre distintos pueblos y hace que compartan valores e ideas, además, el comercio, las guerras y la comunicación entre las naciones lo favorecen, de manera especial las industrias editorial y periodística traen a la modernidad el pensamiento de la antigüedad y del medioevo y lo traducen a las más diversas lenguas, reproducen, en materiales impresos o electrónicos, las ideas y pensamientos actuales y pasados y los dan a conocer en los lugares más remotos.

El desarrollo científico y tecnológico alcanzado, así como la educación nacional, las universidades y los centros de investigación de nuestra época, serían impensables sin la industria editorial. La sociedad moderna es la sociedad del libro y la universalidad de éste ha generado ideas comunes a escala mundial.

El comercio de otros bienes ha estrechado a las naciones y las ha vuelto más interdependientes, las guerras modernas, por su parte y justo por su capacidad destructiva, hicieron que nuestras sociedades tomaran conciencia del valor de la vida. Cuando el intercambio de todo tipo de bienes adquiere una dimensión mundial, la cultura y las ideas acerca de lo que se considera es un bien igualmente lo hacen. No es gratuito que la declaración de los derechos humanos fuera promulgada justo después de terminar la Segunda Guerra Mundial, la interconexión entre las naciones había adquirido ya esa dimensión.

Una de las ideas más difundidas desde el renacimiento y la ilustración es la conceptualización del ser humano como un ente racional, es decir, como un ser que se piensa a sí mismo y que al pensarse en lo individual se piensa en lo social pues la existencia individual implica siempre un existir con los otros.

Lo social proviene del pasado, de otra vida social pretérita que llega al presente y va hacia el futuro, se piensa en el devenir histórico. Esta concepción de ser humano, histórica y cultural, queda plasmada con toda nitidez en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En ella, la existencia humana es definida por la razón y la conciencia y a partir de estos atributos el individuo es considerado libre e igual: "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros".

En esta tesitura, la razón es el fundamento de la libertad y el atributo que diferencia al ser humano del resto de los animales, éste será considerado como un ente, el único, que tiene derecho a la vida y, en consecuencia, a la seguridad de su persona y sus propiedades, todo individuo, señala la declaración de derechos humanos, "tienen derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona" La vida será considerada el mayor bien, porque es la condición necesaria para el ejercicio de la libertad, le sigue la seguridad de la persona, ésta es indispensable para la preservación de la vida, por ello ha sido juzgada como la razón de existir de la comunidad política. Cuando un Estado es incapaz de garantizar la vida y las propiedades de sus ciudadanos ha perdido su razón de ser, y en tanto que comunidad política ha sido destruido, en todo caso es un Estado de guerra como aquel que Hobbes describe en su Leviatán, donde no hay nada que pueda considerarse justo o injusto, porque al haber sido destruido el bien más elemental, la seguridad de la persona, no puede haber asociación alguna, pues no hay nada en común, a no ser el temor y la violencia.

La vida y la seguridad de la persona son dos bienes esenciales en la declaración de derechos humanos, no obstante, la libertad ocupa un lugar privilegiado, pues es ésta la que permite conceptualizar al ser humano como un ente racional y la que con mayor claridad remite a los procesos históricos que gestan a los derechos humanos, como a continuación se verá.

domingo, 14 de octubre de 2012

7. Derechos humanos (14/10/12)


DERECHOS HUMANOS

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

Los Derechos Humanos pueden ser definidos como aquellas exigencias que brotan de la propia condición natural del hombre, aclarando que está postura trae consigo una postura ius naturalista. Ahora bien, son llamados humanos porque son del hombre, de la persona humana, de cada uno de nosotros, puede decirse que el hombre es el único destinatario de estos derechos, de tal forma se debe reclamar el reconocimiento, el respeto, la tutela y la  promoción de parte de todos, y especialmente de la autoridad, mediante la coerción, lo que planteaba la fundamentación ius postivista, que establece que el Estado cumple un papel fundamental, porque las autoridades deben, además de reconocerlos, ponerlos en práctica dentro de la sociedad, para que puedan desarrollarse en un ambiente próspero.

La palabra derechos humanos no es la única que se utilizó para señalar los derechos inherentes al hombre, sino que son nombrados de múltiples maneras. Esto ocurre por diversas causas, entre las que podría nombrar, el diferente idioma, el uso lingüístico de cada sociedad, las diferentes culturas, la doctrina de los autores, las distintas posturas, entre otros, así tenemos que la denominación Derechos Humanos es la más usual en los últimos tiempos.  

Los Derechos Humanos se fundamentan en la naturaleza humana, tales derechos le son inherentes al hombre en cuanto tal, en cuanto tiene naturaleza.

Desde la antigüedad ha sido buscada la explicación sobre la naturaleza humana. En esta tesitura tenemos que los estoicos, percibieron la natural inclinación de hacer el bien, considerándolo como el primer principio, innato en la naturaleza del hombre, "haz el bien y evita el mal". Posteriormente, Cicerón encuentra el fundamento de los derechos humanos en la recta razón, que es la encargada de discernir lo bueno en la conducta humana como justo y verdadero, y lo malo como injusto, pero a su vez, la recta razón natural es mas bien la que nos permite discernir los verdaderos derechos humanos, su alcance y jerarquía, que no es el fundamento de los derechos humanos, sino que la base de los mismos se encuentra en la naturaleza humana por lo cual estos son para todos los hombres, como consecuencia, ser la dignidad de la naturaleza humana, su fundamento.

La propia naturaleza humana otorga titularidad a estos derechos universales, inviolables e irrenunciables, por lo tanto, al encontrar allí su fundamentación, deducimos que no pertenecen al hombre por una disposición estatal, alejado del derecho positivo, sino que le pertenecen por el solo hecho de ser persona humana.

De tal suerte que estos derechos deben ser:

*Reconocidos: en todos los hombres por igual, este reconocimiento debe ser real y fundamental, reconocidos para poder ser defendidos.

*Respetados: para poder efectivamente proteger la dignidad humana y para hacer que su realización sea posible.

*Tutelados: una vez reconocidos y respetados, debo protegerlos, la tutela corresponde a cada hombre, al estado y a la comunidad internacional.

*Promovidos: deben darse a conocer y ser elevados en todo sentido, para evitar que sean violados.

Ahora bien, los derechos humanos son universales porque pertenecen a todos los hombres, a todos por igual, en todo tiempo y lugar y se encuentran de manera innata ligados a la naturaleza del hombre.

La universalidad es una de las características de la ley natural, de la cual los derechos humanos se encuentran en dependencia Universal, común a todos los pueblos y naciones, es la posibilidad de que ante una misma situación la solución sea siempre la misma.

Con relación a la universalidad, hablamos de la internacionalización. Esta comienza en la segunda mitad del siglo XX, es un fenómeno que acontece en el plano internacional, por el cual el problema de los derechos ya no es exclusivo resorte de cada estado en su jurisdicción interna, sino además del derecho internacional público. A la vez el derecho internacional público se ocupa y preocupa de ellos, y formula su propia declaración de derecho en documentos internacionales, como el de las Naciones Unidas de 1948 y en demás tratados, pactos y convenciones, es decir, comienza la positivización de los derechos humanos.

Con esto, el hombre ha adquirido la calidad de un sujeto del derecho internacional, ya que todo hombre puede llevar denuncias o quejas ante las organizaciones supra-estatales, para que sus derechos sean respetados y defendidos.

Universalizar los derechos es admitir que todos los hombres siempre y en todas partes deben gozar de unos derechos porque el hombre es persona. Internacionalizar los derechos es hacer exigible en virtud del derecho internacional público que todo estado reconozca unos derechos a todos los hombres, también porque el hombre es persona.

 

 

domingo, 7 de octubre de 2012

6. Cidade de Deus (07/10/12)


CIDADE DE DEUS

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

“Cidade de Deus” es una película brasileña de drama criminal lanzada durante el año dos mil dos. Fue basada en hechos reales que sucedieron en la favela Ciudad de Dios en la década de los sesentas, setentas y ochentas, aunque dichos eventos fueron previamente narrados en la novela del mismo nombre de Paulo Lins publicada en mil novecientos noventa y siete, por lo que la película es el resultado de la adaptación del libro a la pantalla grande.

La película se enfoca en la guerra entre Zé Pequeño y Mané Galinha, desarrollada en una favela de Río de Janeiro llamada Ciudad de Dios. La frase que identificó a la película fue:

 

"Lucha y nunca sobrevivirás... Corre y nunca escaparás...".

 

Hacer un resumen de la película es bastante complicado ya que se trataría de resumir la vida de una favela en tres décadas distintas, por lo que dicha sinopsis no lo podría considerar nuestro objetivo.

Se podría decir que lo importante es que la película refleja la vida de la favela, incluso muchos de los actores, fueron residentes de favelas, unos son originarios de la misma Ciudad de Dios.

Como estudiantes de maestría en Derecho lo primero que imaginamos cuando hablamos de las favelas brasileñas es de un pluralismo jurídico y de Boaventura de Sousa Santos. Pero en este sentido debemos de recurrir a nuestro criterio humano y emplear recursos multidisciplinario para analizar la justicia dentro de una favela.

En el imaginario colectivo, la favela es un espacio propiamente urbano y que posee significados propios, ya establecidos a nivel global. Difícilmente se la puede asociar a otro país que no sea Brasil, lo que la convierte en un espacio único y de una semiótica inamovible.

¿Qué tan ciertos son esos significados, que ya se han convertido en mitos? En términos generales nuestro interés no deberá estar en analizar los estereotipos que se han adueñado de la favela y la pobreza desde el exterior, se hará frente a la favela como un espacio de significados móviles y transpuestos.

Por sus características geográficas y culturales, Rio de Janeiro es un ejemplo de ciudad excéntrica. Es una ciudad que por situarse a orillas del mar y junto a la desembocadura de un río, como creyeron los portugueses, se ubica en un extremo del espacio cultural, por esto mismo es una ciudad que se inclina al despliegue, a la apertura y a los contactos culturales.

Las ciudades excéntricas se encuentran en lucha con la naturaleza, en cuanto en ellas se privilegia a la razón, pervirtiéndose los órdenes naturales. Rio, por ser una ciudad de accidentada geografía, no posee un territorio de óptimas cualidades para la urbanización.

El rápido y masivo crecimiento de las favelas en Rio tendría como causa una ola de inmigración rural desde los estados vecinos y del noreste alrededor de 1930, producida por una brusca baja de los precios mundiales de los productos agrícolas brasileños.

En la ciudad, el establecimiento de nuevas fábricas y su demanda de mano de obra alteró las modalidades de vida, subiendo también su costo. Cabe señalar que las posibilidades de ampliación de la ciudad eran escasas, por las franjas montañosas que la circundaban y porque los terrenos costeros estaban destinados a convertirse en barrios residenciales de lujo. La solución al problema fue que en las planicies alrededor de las ciudades se emplazaran rápidamente las favelas.

Las viviendas eran muy precarias, lo que introducía el elemento rural propio de sus habitantes, contrastando nítidamente con el resto de la ciudad. Resulta interesante enfatizar el hecho de que esta pobreza es geográficamente vertical, no horizontal, como sucede en casi todas las ciudades latinoamericanas.

En este contexto, la pobreza como postal adquiere mayor sentido y se podría leer hasta como una batalla no intencional entre la tradición y la modernidad, o entre el campo y la ciudad, la cual cada día se acercaba más a una metrópolis. Esto, bajo el supuesto de que las ciudades serían las encargadas de sacar a su país del subdesarrollo, en cuyo mayor crecimiento se garantizaría el desarrollo nacional y una mejor situación económica para sus habitantes; esto es puesto en jaque en la actualidad por el permanente incremento de la pobreza urbana.

            Desde un punto de vista jurídico las favelas son centros de producción alternativa de derecho, pero aunque aceptemos la idea clara de que lo sea y que su producción alternativa coexiste con el sistema jurídico estatal brasileño, eso no nos alejará de la idea sociológica jurídica de que las favelas reflejan la injusticia distributiva.

            De una forma sensible la película hace una reflexión sobre la vida humana, el valor que se les da a las cosas, tanto a la vida, al ser humano, a la libertad, tienen sus códigos de “honor” o de conducta pero donde ellos colocan una medida diferente a cada uno de los valores.

            Las favelas en Brasil y las zonas de narcotraficantes en México son similares, controlan un determinado espacio, no puede intervenir el Estado y aunque ignoremos esta situación no significa que desaparecerá.

            Respecto de la justicia no cabe más que reflexionar: ¿hasta donde podemos decir que la vida, el Estado, el sistema en general o internacional nos ha orillado a tener favelas y narcotráfico? ¿Es realmente justo lo que viven seres humanos día a día en estás circunstancias? ¿No podemos hacer algo al respecto?

            Existen muchas preguntas que son igualmente de complicadas de responder que nos podemos formular en la reflexión de la película Ciudad de Dios, pero el valor que nosotros tenemos o nuestra conciencia nos ofrece es ver la película y guardar el disco en el estuche y olvidar todo, o bien, reflexionar y tratar en nuestra medida de ser mejores seres humanos en un núcleo pequeño, hacer un cambio en el micro espacio para que refleje en lo macro.

domingo, 30 de septiembre de 2012

5. El valor de los valores (30/09/12)


EL VALOR DE LOS VALORES

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

Todos recordábamos que durante nuestra niñez, en nuestros años formativos en la educación elemental aprendimos, incluso llegamos a memorizar,  que nuestros valores universales eran: la amistad, ética, honradez, bondad, modestia, solidaridad, amor, prudencia, responsabilidad, deber, fortaleza, respeto, lealtad, libertad, patriotismo, caridad, justicia, igualdad, templanza, integridad personal, fidelidad, entre otros. Sin embargo con el paso podemos llegar a considerar que todos los valores que hemos aprendido son vitales para una convivencia armónica en la sociedad pero a la vez, un valor es considerado como tal porque las personas le atribuimos esa calidad, porque todos esos conceptos abstractos los consideramos “tan valiosos” que los realizamos y les damos importancia, no por el simple hecho de que todos esos conceptos sean clasificados como valores.

Un valor es una cualidad de un sujeto u objeto. Los valores son agregados a las características físicas, tangibles del objeto, es decir, son atribuidos al objeto por un individuo o un grupo social, modificando (a partir de esa atribución) su comportamiento y actitudes hacia el objeto en cuestión. El valor es una cualidad que confiere a las cosas, hechos o personas una estimación, ya sea positiva o negativa. Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.

Se puede decir que la existencia de un valor, por un lado, es el resultado de la interpretación que hace el sujeto de la utilidad, deseo, importancia, interés, belleza del objeto. Es decir, la valía del objeto es en cierta medida, atribuida por el sujeto, en acuerdo a sus propios criterios e interpretación, producto de un aprendizaje, de una experiencia, la existencia de un ideal e incluso de la noción de un orden natural que trasciende al sujeto en todo su ámbito. Por otro lado tenemos que Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad, es decir, los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.

Los valores, actitudes y conductas están estrechamente relacionados. Cuando hablamos de actitud nos referimos a la disposición de actuar en cualquier momento, de acuerdo con nuestras creencias, sentimientos y valores.

Los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive, pero los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas, permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa. Quizás por esta razón tenemos la tendencia a relacionarlos según reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones, es decir, decidimos actuar de una manera y no de otra con base en lo que es importante para nosotros como valor, decidimos creer en eso y estimarlo de manera especial.

            Como hemos mencionado un valor es valioso: en sí mismo o bien es una atribución hecha por el hombre. En la primera debemos aclarar que un valor es valioso por sí mismo porque el valor ya es valioso y existe sin necesidad de que actuemos conforme a él o que lo desconozcamos como valor, si para mi ese valor no es valioso y me conduzco en contra de ese valor, aquel no perderá su calidad de valor o, bien, dejará de existir sólo porque no actúo conforme  a él.

            Ahora bien, un valor es valioso porque lo atribuye el hombre se refiere a que para cada una de las personas, debido a su formación, educación, experiencias, etcétera, tendrá diferentes cosas que le son valiosas y serán dispares entre una persona y otra. En esta tesitura valioso se refiere a algo que para el individuo signifique algo, incluso pueden llegar a ser los valores universales mencionados en el primer párrafo, pero no siempre será así, pueden ser valiosos algunos conceptos que para otros sujetos no sean cosas buenas, esta calidad atribuida por el hombre es subjetiva y está dentro de un mundo opinable o cuestionable y no es ideal, sino que es real.

            Los valores que son valiosos en sí mismos, se refiere al mundo ideal, son valores ideales y al que siempre estamos intentando llegar, son los valores mencionados en el primer párrafo, los que nos enseñan porque como sociedad aspiramos a ellos. Mientras que los valores que son valiosos por atribución de un sujeto son los valores reales, conforme a lo que nos conducimos en nuestra vida diaria, lo que es realmente valioso para nosotros sin que sea ideal para la sociedad.

 

sábado, 29 de septiembre de 2012

Un cuento sobre la Justicia (Parte 3)


Viajé por muchos lugares, cruce por varios meses un mar, hasta llegar a tierra firme y entonces…bueno, creo que ustedes ya conocen la historia de como encontré a su bisabuelo, fue en un pequeño rio pescando, platicó conmigo y gracias a él pude ser maestra en la escuela de un pueblo…sí, estoy diciendo un pueblo porque era un lugar donde no había ningún rey, todo era distinto, no pienso que perfecto, pero si distinto.

Su bisabuelo y yo nos casamos, tuvimos a sus abuelos, a sus padres y ellos los tuvieron a ustedes, no vivimos con los lujos con los que viví en un castillo pero tampoco vivíamos en las condiciones que vivía antes de llegar a la iglesia, todo era tranquilo.

Nadie nunca supo de esta historia, nadie sabía cómo había sido mi vida antes de conocer a su bisabuelo, siempre que platicaban sobre mi niñez, infancia o adolescencia les indicaba que yo había nacido el día que conocí a su bisabuelo, le daba un beso y todos suspiraban. Ni siquiera el propio bisabuelo sabía lo que me había ocurrido, no sabía nada de príncipes o reyes, ni siquiera me atreví a contarle el día en que entere de lo que ocurrió con los reinos de los reyes décimo quinto.

Como todas las tardes del último domingo de cada mes, la gente iba ansiosa al muelle a esperar a los migrantes que llegaban a las nuevas tierras, todo terminaba en una fiesta popular por las noches, sin embargo siempre era bueno compartir con toda tu comunidad. Muy en el fondo mi motivo personal para asistir era encontrar a algún sobreviviente del ultimo reino que había abandonado, quería saber que todo se encontraba bien, que había armonía, paz y que el rey, mi rey, por fin era feliz, dentro de mí quería escuchar que me seguía queriendo.

Aquellos domingos interrogaba a todos para saber de que lugares provenían, pasaron un par de años y nadie sabía ni conocía ese reino, pensaba, únicamente para consolarme, que no encontraba a nadie porque habían mejorado las cosas y nadie quería escapar de un lugar tan maravilloso como el que me describía mi antiguo prometido.

Hasta que un día de una embarcación bajo una de las doncellas que me acompañaban siempre, iba con un capataz del rey que iba a ser mi esposo, al principio no los logré reconocer porque eran unos ancianos para la edad que en realidad tenían, se encontraban muy mal de salud, e incluso, la que era mi dama de compañía había perdido la vista, tardamos varias horas en poder hablar y cuando por fin lo hicimos esperamos a quedarnos solos, comenzamos a llorar y me contaron todo lo que había ocurrido en el reino desde mi partida.

Cuando yo me fui el rey efectivamente leyó la nota y mandó a buscarme por todos los medios posibles, hubo varios días en los que el personalmente salió a tratar de hallarme sin ningún éxito, el rey se volvió más duro en su carácter, lleno de odio continuo con la guerra y la población no soportó más y desfalleció, ambos reinos desaparecieron y ambos príncipes murieron en manos de sus enemigos, ni la doncella y ni el capataz sabían a ciencia cierta cuando había muerto el rey, un día fue en una batalla, dijeron, pero no sabían exactamente en cual porque después de la batalla de su muerte aun continuaban las luchas y fue entonces cuando murió el otro hermano, para ese entonces la población estaba extinta, las construcciones destruidas y los reyes de los otros reinos se fueron, los pocos sobrevivientes hicieron lo mismo y así fue como llegaron a las nuevas tierras.

Cuando acabaron de contarme esa historia, supe que el amor de mi vida finalmente había terminado. No me lo tomen, y con esto no les indico que a su bisabuelo no lo quería, simplemente sucede que existen personas que marcan  nuestras vidas de una manera significativa y pase lo que pase, siempre los recordaras, incluso ameritará sentarse con sus bisnietos en una cálida noche y contarles la historia de esas personas.

Esa es toda la historia de aquel hermoso reino que existió alguna vez en un lugar muy, muy lejano. Como ya les he dicho la historia nadie la sabía hasta ahora, también saben que soy muy anciana y que es obvio que mis días están contados, así que la historia no estará completa sin decirles qué es lo que decía la nota que le dejé al rey numero décimo quinto:

 

Mi amado príncipe,

Es un orgullo decir que el destino efectivamente nos unió, sin embargo soy yo quien decide alejarse, ello no quiere decir que no te amo…te amo y mucho pero tengo que irme porque así te ame mucho, amo más mis principios y mi forma de pensar, me amo a mi misma.

En la vida he sufrido cosas que no te podrías imaginar, pese a que las sabes, viví desde mi primer día de nacida con injusticias tanto naturales como las mismas que ha creado el hombre, supe lo que era que un bebé muriera por una enfermedad, que una madre falleciera abandonando a su bebé y a una niña, eso para mí no es justicia ni divina, ni de la naturaleza, para mi fue totalmente injusto. Supe lo que era vivir sin comer, hurgar en la basura para luchar por sobrevivir, pensé que todos vivíamos de esa forma hasta que llegue al palacio y vi como vivían ahí dentro, supe que era la desigualdad, la falta de libertad por no tener los medios suficientes para salir adelante, la injusticia social y distributiva, la injusticia que provocaba el propio hombre al hombre.

Cuando te conocí llenaste el vacío que tenia y entonces me hablaste de tu reino donde había justicia, igualdad y libertad, sin saber las personas que vivían ahí que gozaban de todo eso, pero eran felices, después de la división del reino todo se transformó para mal, era como si hubieran trasladado el reino del que provenía al reino del hombre que mas amo.

No puedo vivir así, así que decido huir, es lo que se hacer cuando se me presentan este tipo de situaciones. Sé que en unos años diré que Dios es tan injusto porque si llego a ser feliz, no será a tu lado, cuando todo lo que de jóvenes planeábamos estaba lleno de dicha y felicidad. Debo de reconocer, pese a que te amo, que tuvimos un final fatal y deprimente. Viviré queriendo saber que sucedió contigo y con el reino, sé que será una gran agonía no poder saber rápidamente lo que les paso y nunca me perdonaré si algo te pasa y no estoy a tu lado, pero aun así decido marcharme.

Hasta los últimos días de mi vida, te recordare, te soñare, te extrañare, te llorare y te amare siempre, estarás en mis pensamientos y en mi corazón donde sea que vaya, porque te amo, y éstas…son mis últimas palabras…

 

FIN