domingo, 4 de noviembre de 2012

10. Día de muertos y los derechos humanos (04/11/12)


DÍA DE MUERTOS Y LOS DERECHOS HUMANOS

 

                        Maribel LIMA ROMERO

 

Dos de las celebraciones más importantes de México se realizan en el mes de noviembre. Según el calendario católico, el día primero está dedicado a Todos los Santos y el día dos a los Fieles Difuntos. En estas dos fechas se llevan a cabo los rituales para rendir culto a los antepasados. La celebración del Día de Muertos, como se le conoce popularmente, se practica a todo lo largo de la República Mexicana. En ella participan tanto las comunidades indígenas, como los grupos mestizos, urbanos y campesinos.

El ritual de Día de Muertos conlleva una enorme trascendencia popular, su celebración comprende muy diversos aspectos, desde los filosóficos hasta los materiales. La celebración de Todos los Santos y Fieles Difuntos, se ha mezclado con la conmemoración del día de muertos que los indígenas festejan desde los tiempos prehispánicos. Los antiguos mexicanos, o mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano. Antes de la llegada de los españoles, dicha celebración se realizaba en el mes de agosto y coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, calabaza, garbanzo y frijol. Los productos cosechados de la tierra eran parte de la ofrenda.

Los “fieles difuntos”, en la tradición occidental, son y han sido un acto de luto y oración para que descansen en paz los muertos, al ser tocada esta fecha por la tradición indígena se ha convertido en fiesta, en carnaval de olores, gustos y amores en el que los vivos y los muertos conviven, se tocan en la remembranza.

El día de muertos, como culto popular, es un acto que lo mismo nos lleva al recogimiento que a la oración o a la fiesta, sobre todo esta última en la que la muerte y los muertos deambulan y hacen sentir su presencia cálida entre los vivos. Con nuestros muertos también llega su majestad la muerte, baja a la tierra y convive con los mexicanos y con las muchas culturas indígenas que hay en nuestra República. Es el reflejo del sincretismo de dos culturas: la indígena y la hispana, que se impregnan y crean un nuevo lenguaje y una escenografía de la muerte y de los muertos.

Los indígenas representan la ferviente lucha de que las tradiciones no deben morir, pese a la occidentalización que se pretendió durante muchos años sus tradiciones han logrado sobrevivir.

La relación que existe con los derechos humanos es que si bien se analiza la reforma al artículo segundo constitucional, se habla de una nación multicultural, ahora bien, ésto aunado a la concepción de que los derechos humanos se encuentran impregnados a lo largo de toda la constitución entonces podríamos concebir, que el reconocimiento de los derechos indígenas, sus tradiciones y costumbres son parte de los derechos humanos, y pueden estar considerados como tales, en esta tesitura la tradición del día de muertos, todo lo que implica en cuanto a costumbre podría ser considerado como un derecho humano, en beneficio de un sector que por mucho tiempo fue discriminado pero que es igualmente valioso, los indígenas.

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